Todo el mundo sabe que Lisboa es el origen del fado, los pasteles de nata y los miradores, pero lo que hay que ver en Lisboa es mucho más. La capital lusitana es sinónimo de tranvías, arquitectura árabe, barrios bohemios, callejuelas adoquinadas y recovecos bañados por el sol. El visitante pronto se da cuenta de que en esta ciudad la relación entre lo monumental y lo cotidiano es una simbiosis perfecta.
La primera vez que vine a Lisboa fue amor a primera visita. Ahora que vivo en ella, esta ciudad sigue conquistándome. ¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo y te cuento qué ver si es tu primera vez en la capital portuguesa.
Lugares que ver en Lisboa imprescindibles:
MIRADORES
No es coincidencia que la etimología de «Lisboa» signifique Lux Boa, luz bonita, y es que los mejores atardeceres que he visto en mi vida han sido desde las colinas de la ciudad y de sus miradores. Pensar en qué mirador elegir es difícil, puesto que cada mirador aguarda un rincón especial y una vista diferente. Sin embargo, aquí te pongo los tres imprescindibles que ver en la primera visita a Lisboa:
Mirador de Nossa Senhora do Monte
El mirador de Nossa Senhora do Monte es el mirador por excelencia de la ciudad. Está situado en Graça, muy cerquita del barrio de Alfama, y la verdad que es el primer sitio al que me gusta llevar a mis visitas cuando vienen a Lisboa. Es una buena forma de tener una gran perspectiva panorámica de la ciudad y a su vez sirve de punto de partida para hacer un recorrido turístico que vaya desde Graça y Alfama a la Praça de Comércio.

Mirador de Nossa Senhora do Monte al atardecer
No obstante, otro de los planes que más me gusta hacer por las tardes, es subir a este mirador a ver el atardecer, una imagen bellísima que estoy segura retendrás en la mente mucho tiempo. Para los más modernos, bajando unas escalerillas por debajo del mirador, hay un barecillo underground llamado Secret Garden, una antigua terraza privada donde se puede disfrutar del momento con un vinito en la mano. Eso sí, el vino te lo ponen en un frasco de garbanzos, lo más hípster que he hecho hasta el momento. La opción low cost, siempre bien apreciada e igual de válida, es la de subirse al mirador con una litrona Sagres o Super Bock (las dos grandes marcas de cerveza portuguesa) y charlar de las vicisitudes de la vida.
Mirador de São Pedro de Alcântara
La plata de los miradores va para el miradouro de São Pedro de Alcântara. Este está en pleno centro de la ciudad, a los pies de Bairro Alto, y es fácil pasar por ahí sin que siquiera te lo hayas planteado de primeras. Durante el día y cuando hace calor, los comercios de la zona suelen poner varias terracitas, y con suerte, puedes coincidir con algún músico callejero que ponga banda sonora a tu café o cerveza. En la calle del mirador también hay bastantes locales de todo tipo de comida, desde sushi hasta comida turca, mi recomendación es que cojáis para llevar la que más rabia os de y comérosla sentados en los bancos del mirador. Tendréis como contexto del momento las vistas del Castelo, el Panteón y el monasterio de Sao Vicente de Fora.
Jardin do Torel
Por último, también muy cerquita del centro, el Jardin do Torel. Este quizás no es tan conocido como los dos anteriores pero precisamente por eso tiene un atractivo más especial ya que no hay tantos turistas. Este mirador está en pendiente y tiene numerosos bancos donde sentarse. Lo que no muchos saben es que bajando por las escaleras de la derecha hay un café muy cuqui donde suele haber música en directo, y un DJ las noches de finde semana de verano.
BARRIO DE ALFAMA Y EL FADO
¿Qué ver en la antigua Alfama?
De origen arábigo, Alfama es el barrio más castizo de Lisboa y entra en el top 10 de lo qué ver en Lisboa en la primera visita. Paseando por el laberinto de calles estrechas de esta zona de la ciudad, te encuentras con maravillas arquitectónicas como el famoso Castelo de Sao Jorge, fortaleza árabe en lo más alto de la ciudad, la Sé de Lisboa, donde puedes ver unas maravillosas bóvedas de crucería y visitar el claustro gótico, o el Panteón Nacional, donde se rinde homenaje a personajes ilustres de la historia de Portugal como la fadista Amália Rodrigues o el descubridor del siglo XV Vasco de Gama, algo imprescindible en la primera visita a la ciudad.

Callejuela en Alfama
Sin embargo, para verdaderamente disfrutar el encanto característico del barrio, hay que tomarse el tiempo de perderse entre sus callejuelas, con especial atención a la Rua de São Miguel, Rua de São João da Praça y Rua dos Remédios, y descubrir las pequeñas cosas de la vida diaria lisboeta como las tiendas de comestibles, los patios con naranjos y la ropa de los tendederos, marca Portugal.
Si se tiene tiempo por la noche, otro de los Must de este barrio es meterse en uno de los muchos bares que ofrecen espectáculos de fado y experimentar de primera mano la Saudade tan característica de los portugueses.
EL CORAZÓN DE LA CIUDAD: BAIXA Y CHIADO
Estos dos barrios conforman el corazón de la ciudad y en ellos se concentra la zona de compras y la de ocio vespertino. Aquí nos encontramos con varias cosas que ver en la primera visita a Lisboa.
Baixa
Una buena forma de empezar a conocer esta parte de la ciudad es desde Baixa, situada entre los barrios de Chiado y Alfama. La Praça do Comércio, sin duda la plaza más emblemática de Lisboa, era antiguamente la entrada a la ciudad, y ahora cobija en sus arcos los ministerios actuales. El más famoso de estos arcos, y al que se puede subir, es el Arco da Rua Augusta. En Rua Augusta, siempre bulliciosa, se concentran las tiendas de souvenirs y numerosas marisquerías donde degustar el famoso bacalao à brás portugués y en una de las calles paralelas, el famoso Elevador de Santa Justa que reconocerás por la larga fila de turistas que tiene.

Arco da Rua Augusta
Chiado
Por otro lado, más tranquila es la zona de Chiado, uno de los barrios más bohemios de la ciudad e imprescindible para aquellos que quieran sentir de cerca la melancolía que destila Lisboa. Hay infinidad de cafeterías que invitan a leer o a ponerse a escribir al estilo Pessoa, a quien de hecho, la terraza de Café A Brasileira homenajea con una estatua. En Chiado podemos visitar lugares emblemáticos como la Igreja y Museo de Sao Roque, en mi opinión la iglesia más ostentosa de Lisboa, y si queremos un poco de arte, no hay que dejar de visitar el Museu Nacional de Arte Contemporânea do Chiado.
No obstante, si hay lugar que sí que hay que ver en la primera visita a Lisboa es el Convento do Carmo. Este convento quedó demolido tras el terremoto que sufrió la ciudad en 1755 y lo que queda de él es un espacio absolutamente espectacular cuyas columnas y arcos están expuestos a los elementos del tiempo. Dentro alberga también varias estanterías de libros antiguos, sarcófagos, azulejos del siglo XVI y hasta momias peruanas. Un sitio fascinante, la verdad. Este año durante el mes de septiembre se ha hecho un espectáculo de luces, Lisbon Under Stars, que recomendaría a todo el mundo.
BAIRRO ALTO (noche)
Ir a Lisboa y no salir por la noche es como ir a Roma y no ver el Vaticano, salvando las distancias, claro. El ambiente que tiene la ciudad no tiene nada que envidiarle al de ninguna otra capital europea. Lisboa de noche rebosa juventud, Erasmus, buenrollismo, y, además, gente bella.
La noche perfecta empieza en Bica. En la Rua da Bica se encuentra la mítica foto de la calle empinada, con el tranvía subiendo y de fondo el río Tajo; una imagen digna de postal. Sin embargo, no es solo una calle bonita donde posar para las fotos, es también una calle llena de bares donde puedes encontrar canecas de cerveza (vaso de plástico de medio litro) por la maravillosa cifra de 1,50 euros. A Bica puedes ir a cualquier hora a partir de las dos de la tarde, siempre hay buen ambiente y gente en la calle dispuesta a hablar con el que pase por ahí.

Rua da Bica de Duarte Belo
Después de haber calentado motores, nos vamos a Bairro Alto. Como su propio nombre indica, se encuentra en uno de los puntos más elevados de Lisboa, así que hay que tener en mente que se van a subir cuestas. Podría mencionar algún bar al que ir, pero la gracia de Bairro Alto es merodear por las calles, seguir el ruido de los bares, que los hay de todo tipo de música y de bolsillo, y ver a dónde te lleva la noche.
TRANVIA Nº 28
Otra de las cosas por las que se conoce la ciudad es por los tranvías que recorren sus calles, lo que le da un toque romántico y decadente a la vez. El tranvía número 28 es una de las actividades preferidas por el turista tradicional. En su conocido trayecto, Martin Moniz-Campo Ourique, podrás ver los puntos de interés más populares y es una buena forma de lo que ver en la primera visita a Lisboa si no se quiere lidiar con las numerosas cuestas que hay por toda la capital.
BELÉM
Para ver esta parte de Lisboa tienes que dedicarle o una mañana o una tarde entera puesto que está como a unos cinco kilómetros del centro histórico de Lisboa. La mejor forma de llegar hasta ahí es cogiendo el tranvía número 15 desde o bien Praça de Figueira o bien Praça do Comércio.
Monumentos
Cuando uno va a Lisboa tiene la sensación de que el tipo de turismo que se hace aquí es más bien el de pasear calles, conocer bares, visitar miradores o disfrutar de los pequeños detalles de la forma de vivir. Me refiero a que no te esperas un Big Ben, o un Coliseo romano. Sin embargo, cuando en Belém te bajas del tranvía y ves a tu derecha el imponente Monasterio de los Jerónimos y a la izquierda la Torre de Belém y el Monumento a los Descubrimientos, rápidamente comprendes que Lisboa también ofrece el atractivo monumental y comienzas a entender la ciudad como un todo ecléctico entre lo ordinario de la vida diaria y lo extraordinario de monumentos como estos.

Torre de Belém
La entrada al Monasterio, incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, es casi obligada. El edificio es el máximo exponente del estilo manuelino y en él está enterrado Vasco da Gama.
La Torre de Belém, antigua fortaleza construida para proteger la entrada al puerto, y el Monumento a los Descubrimientos, a ras del río, representan la Era de los Descubrimientos, una de las épocas más esplendidas de la historia de Portugal.
Pasteles de Belém
Después de haber visto estos tres sitios, llega la mejor parte, ¡o al menos para los golosos!: los famosísimos pasteles de nata de Belem, también imprescindible en la primera visita a Lisboa. Para entrar en la Antiga Confeitaria Nacional de Belém se suele tener que hacer cola, pero creedme cuando os digo que merece la pena. No sé si como dicen son los mejores pasteles de nata de todo Portugal, pero lo que sí sé es que comprar un par de pastelitos e ir a comértelos a los jardines que están fuera del monasterio, es uno de los mejores ratos que puedes echar cuando estás por la zona y un plan que debe estar en los imprescindibles en la primera visita aquí.

Delicosos Pastéis de Nata
MERCADILLOS
Como toda capital europea que se precie, Lisboa también ofrece tanto al turista como al local unos cuantos mercadillos a los que vale la pena acercarse. Aquí te cuento los tres más especiales que ver en la primera visita a Lisboa.
Feira da Ladra
Empezando por el más antiguo, la Feira da Ladra es un mercadillo que lleva celebrándose en la plaza Campo de Santa Clara, Alfama, desde el siglo XIII. A mí me recuerda un poco al rastro de Madrid, solo que este aún mantiene algo de la improvisación y el caos que debió tener en otra época. Tiene lugar los martes y sábados por la mañana y es una buena opción para comprar algún recuerdo de Lisboa no tan típico. Puedes encontrarte desde muebles y ropa hasta cerámica y bisutería.

Interior LX Factory
LX Factory
Antaño una antigua fábrica, LX Factory es un espacio creativo que concentra un montón de locales más modernitos, desde bares y restaurantes a tiendas de ropa y muebles. Se localiza en el barrio de Alcântara, al oeste de la ciudad. Está abierto todos los días pero el domingo tiene un ambiente especial ya que las tiendas suelen sacar puestecillos a la calle, lo que recuerda un poco la esencia de Candem Town. Es un buen plan para echar el día allí ya que hay infinidad de tienditas y otros tantos lugares para comer y probar la gastronomía más vanguardista de Lisboa. Aunque la ropa es un poco cara para los precios de la capital, no te quedes con las tiendas que ves al entrar y si exploras por los pisos superiores de la fábrica, puedes encontrar alguna camisa vintage por unos 5-10 euros.
Anjos70
Por último, el mercadillo que, al no ser tan conocido por los turistas, quizás sea el más alternativo de los tres. Cuando los locales más modernos de Lisboa quieren comprarse ropa, acuden a Anjos70. Se encuentra en el barrio de Anjos y es una asociación sin fines lucrativos que acoge el primer finde de cada mes un mercadillo de ropa vintage y de segunda mano. Es interesante y muy recomendable recorrer los stands de las dos plantas que componen el edificio donde se puede encontrar marcas de diseñadores portugueses emergentes.
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[…] ensueño. Sin embargo, el norte no se queda atrás en cuanto a playas, y en la costa que sube desde Lisboa hasta llegar casi a Galicia, también podemos encontrar playas con poco que envidiar a las del […]