Portugal, ese pequeño gran país que hasta hace unos años había pasado desapercibido para los turistas, ofrece ahora multitud de planes para todos y de todo tipo. En la última década cada vez es mayor el interés que despierta entre los viajeros de todo el mundo y no es para menos porque Portugal es el destino ideal para las actividades al aire libre, degustar los mejores pescados de Europa o conocer a través de sus edificios el legado histórico que ha dejado al mundo.
Aquí te pongo las 50 cosas más relevantes para hacer en Portugal, que sin duda, harán que te enamores completamente de su cultura, su gastronomía y su ambiente.
Las 50 Cosas que debes hacer en Portugal al menos una vez en la vida
- Correr una maratona sobre el increíble puente 25 de abril y maravillarse con las vistas. Eso sí, hay que acostumbrarse antes a las colinas de Lisboa para poder hacer una marca digna de un local.
- Visitar la librería Lello y sentir la magia de Hogwarts en cada uno de sus estantes. Si rebuscas entre sus estantes puedes sentir la mirada de Dobby tras los libros.
- Hacer un road trip por la Costa Vicentina hasta el Cabo Sardao. ¿Parada obligatoria? Vila Nova de Milfontes y sus playas maravillosas donde broncearte, ir en bici, bañarse o ver la puesta de sol.
Vila Nova de Milfontes
- Sentir la inmensidad del Carpe Diem en la Capilla de los Huesos de Évora. El lema que recibe al visitante «Nosotros, los huesos que aquí estamos, os esperamos» ya te hace una idea del tipo de visita que va a ser.
- Subir las 686 escaleras del Santuário de Nossa Senhora dos Remédios de Lamego y hacerte un selfie desde arriba.
- Coger el barco en Cais de Sodré, cruzar el río Tejo hasta Calcilhas y ver el atardecer en una de sus colinas que dan al río.
- Pasar el día en la Quinta da Regaleira en Sintra y sentir que estás en el siglo XIX. La Quinta está clasificada por la UNESCO como Patrimonio Mundial y fue construida siguiendo el espíritu e ideales románticos.
- Ir al festival de Paredes del Coura y disfrutar de la música y la naturaleza al mismo tiempo.
- Dejarse llevar por la saudade portuguesa en una de las casas de fado más famosas de Lisboa: Sr. Fado.
- Bañarse en el océano atlántico y que se te congelen hasta las uñas de los pies. Eso sí, para la piel, buenísimo.
- Hacer una cata de quesos y conocer hasta la última variedad de este producto tan preciado en Portugal, y con razón.
- Ir a Nazaré a ver las olas más grandes de Europa y animarte a dar al menos una clase de surf.
- Ir a Fátima a santiguarse.
- Tomarte un buen vino de Oporto y perder la noción del tiempo en las innumerables tascas de la ciudad del Duero.
Quesos del Alentejo
- Salir por las discotecas de Cais do Sodre y no acordarte de cómo llegar a casa.
- Comer choco de Setúbal.
- Comerte una buena bifana en As bifanas do Afonso. Un classic entre los classics.
- Ir a las 6 de la mañana a la panadería clandestina de Almirante Reis y comerte el mejor croissant relleno de chocolate de la capi.
- Plantearte si Aveiro es como dicen la Venecia de Portugal y recorrer el barrio de Beira Mar.
- Leer a Pessoa en el café donde solía escribir sus relatos, en Martinho da Arcada, y descubrir que la literatura portuguesa también existe.
- Coger una litrona de SuperBock, ir a cualquier mirador, observar el infinito y llorar en silencio.
- Ir a Rua do Bica y charlar de la vida con la gente.
- Comenzar una ruta de vino verde en Guimaraes y probar todas las variedades de este vino a golpe de tasca.
- Desayunar en la franquicia más famosa de todo Portugal: la Padaria Portuguesa. El menú del desayuno en el que por 2,75€ te incluye un zumo de naranja natural, un croissant relleno a elegir y un café, merece la pena.
- Visitar Sao Miguel, en Azores, y hacerte un roadtrip como Dios manda a lo largo de toda la Isla.
Sete Cidades en la isla de Sao Miguel
- Hacerte el entendido del arte y visitar el MAAT (Museu de Arte, Arquitectura e Tecnologia), el museo de moda de Lisboa y de los más importante en Portugal.
- Acampar de estrangis en alguna de las playas infinitas del país y levantarte con la brisa del mar en la cara.
- Ir a la Praia do Meco a pasar el día y acabarlo en el fantástico Bar do Peixe, donde el ambiente y los buenos pescados están asegurados.
- Hacerte las míticas fotos instagramers en las rocas y grutas de Ponta Piedade, en Lagos, y presumir de moreno algarviense.
- Ir a la feria de navidad de Óbidos y disfrutar como un enano de las atracciones del parque. Y para rematar el día, ¡chocolate de Óbidos! El mejor de todo Portugal.
- Ir a las Islas Berlengas, y acampar en Berlenga Grande, una experiencia que no olvidarás en la vida.
- Por supuesto, hacer la cola en Antiga Confeitaria de Belém para probar los pasteles de nata, una auténtica obra de arte de la pastelería portuguesa.
- Sentarte en el Cabo de Sao Vicente, el extremo más suroccidental de Europa, en Sagres, y reflexionar sobre la vida.
- Comerte un croissant de MABI en Vila Nova de Milfontes y pedirte otro diferente para probarlos todos.
- Tener una cita en Praia da Ursa, en Sintra. Y ver atardecer al son del arrullo de las olas. Un buen picnic coronaría el plan.
- Hartarte bien bien a marisco. ¡La Caldeirada de Peixe, la Açorda de Camaroes, y la Cataplana, son musts! Sin olvidarnos del pescado y del bien apreciado bacalhao y las mil formas que los portugueses tienen de hacerlo.
- Perderse por las calles de Alfama y descubrir los callejones y patios más recónditos del barrio. Aquí el mirador de Sao Estevan, aún poco conocido entre los turistas, es una de las cosas imprescindibles que ver en Portugal.
- Para los amantes de la naturaleza y la playa, la simbiosis perfecta se encuentra en la Isla de Tavira, donde además de poder hacerse nudismo, se puede acampar. Ideal para los más intrépidos.
- El Parque Natural por excelencia en el sur y en el Algarve es el de Ria Formosa. Con 60 kilómetros de dunas y 18.000 hectáreas es uno de los lugares más bellos del país lusitano donde encontrarás, además de las dunas, marismas, salinas y ensenadas para pederte.
Cromeleque dos Almendres
- ¿En Évora? ¡Los megálitos! Se visitan los de Almendres, Zambujeiro y el Menir dos Almendres. De estos, destaca el Crómlech de los Almendros, probablemente el más importante dentro de toda la península Ibérica. Debido tanto a su dimensión como a su estado de conservación se le ha llegado a comparar con los mismísimos megalitos de Stonehenge.
- Sí, en Portugal también hay rutas medievales y muy interesantes, hay que decir. La cocina del monasterio de Alcobaça, el monasterio de Batalha y la capilla de los caballeros templarios del Convento de Cristo en Tomar, emocionan a cualquiera que se quiera adentrar en esta parte de la historia portuguesa.
- Parque Natural da Serra da Estrela: el lugar para combinar paisajes, las cimas más altas del país, y el esquí. Imperdible.
- Las Beiras. La región más recóndita de Portugal, la menos conocida y de las que más merece la pena recorrer para conocer la verdadera esencia lusa. Piodao, Trancoso, Sortelha o Monsanto son alguno de los pueblos cuya visita merece la pena.
- Fiestas de Lisboa y Sao Joao en Oporto. Cualquiera que haya vivido las fiestas de estas dos ciudades portuguesas, sabe que una vez más en su vida volverá a Portugal a vivirlas. Las sardinas en Lisboa y las hogueras en Oporto, son cosas que hay comer y ver al menos una vez en este país.
- Nos Alive. El evento por excelencia del verano portugués. Aunque no seas el más fan de los festivales, este te aseguro que merece la pena. Da igual el cartel, siempre es el mejor, y no solo eso, las vistas del atardecer sobre la playa en este recinto se te graban en la memoria.
- Las fiestas universitarias de Coímbra están a la altura de las de la mismísima Salamanca. Entre las más conocidas está la Queima das Fitas en la que los estudiantes celebran el fin del curso estudiantil. No te puedes perder uno de los mayores acontecimientos lúdicos de Portugal.
Museu do Azulejo
- ¿Qué cosa más portuguesa puede haber que los azulejos? Comprar azulejos es algo que hay que hacer al menos una vez en Portugal. Los hay de todo tipos y colores y para todos los gustos. Te los encuentras por doquiera que vayas en el país, desde la estación de tren de Oporto hasta en edificios decorados en Lisboa. Sin embargo, el mejor punto de partida para un primer contacto con este arte es el Museo Nacional del Azulejo.
- Para los amantes de la montaña el Parque Nacional da Peneda-Gêres es una parada obligada. Es la parte más septentrional de Portugal y ofrece una infinitud de cosas para hacer y descubrir. Que si trekking, que si picos, que si aldeas abandonadas… Una maravilla.
- La tercera ciudad más grande Portugal es Braga y visitarla es otra de las cosas que hacer en Portugal si uno quiere conocer los lugares más históricos de la cultura portuguesa. Runas romanas, plazas del siglo XVII, un palacio del siglo XVIII entre otros lugares de interés que merece la pena conocer.
- Portugal es sin lugar a dudas uno de los países más dulces del mundo, y no es para menos porque, ¡madre mía! Los golosos están de suerte en Portugal y serán felices entre pasteles de nata, mazapanes, travesseiros y queijadas.
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